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 Procuro que mi tarea sea estética a la vez que espiritual.

Que sea una herrramienta para recordarme integridad.

Que me traiga, a la luz de la conciencia, lo que es eternamente humano.

 

               No me preocupa llegar al espectador con una pintura de pretensiones intelectuales, con mensajes, con cánones, ...no me inquieta si se entiende ó no, si sirve ó no, si gusta ó no...estoy convencida de que éste es un camino único y personal de sanación, y sólo en la medida en que cada uno de nosotros, se alinee con su singular propósito, podrá ayudar a otro a que recuerde su camino del alma.  Por tanto, si mi pintura  tuviera algún propósito, sería solamente el de re-encontrarme conmigo misma, en ese instante en el que no pienso y me lanzo al vacío, guiada por una insospechada intuición.

 

                Mis telas son las páginas de mi autobiografía, de mis cambios y fluctuaciones, de mis contradicciones y contrastes.  Lo único constante, la esencia inalterable, es mi respeto y admiración por el Color.  Es él quien opera todo el tiempo, quien sostiene, el protagonista absoluto, ..prima sobre el dibujo, sobre la forma, otorga los ritmos, trae armonía.  Es el Color, el hijo unigénito de la Luz y de la Sombra, quien actúa en el Alma.  Y es en ésta dimensión de polaridad, donde me apasiona, explorarlo hasta sus últimos secretos....

Ángeles Irala

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